En varios países del mundo, las normativas gubernamentales obligan cada vez más a aplicar procedimientos de salud y seguridad en la industria del empaquetado de cigarrillos. En particular, deben medirse los compuestos orgánicos volátiles (COV) peligrosos. Si bien se utiliza principalmente un método analítico como el HS-GC-FID (cromatografía de gases Headspace - detector de ionización de llama), este requiere mucho tiempo (normalmente 90 minutos por análisis) y, con una carga elevada como es habitual en los laboratorios industriales actuales, es poco probable que satisfaga las necesidades.