Los gases de escape de los automóviles y autobuses son los principales contribuyentes a la contaminación del aire en las ciudades. Debido a su impacto negativo en la salud humana, sus concentraciones deben medirse y mantenerse al mínimo. Las mediciones típicas de la calidad del aire están en un solo lugar y solo pueden medir la contaminación en las inmediaciones. Sin embargo, las concentraciones de ciertos gases de escape pueden variar ampliamente en el tráfico en movimiento y, por lo tanto, se requiere un equipo capaz de medir los niveles de contaminación en tiempo real en tales condiciones.