La limpieza y desinfección de mangueras y sus accesorios, tuberías y tanques de almacenamiento en la industria láctea suele realizare utilizando compuestos que contienen cloro activo, como el hipoclorito alcalino, por ejemplo. Sin embargo, el exceso de cloro que permanece en las superficies puede dar lugar a la formación de cloroformo, que permanece en la leche como contaminante. El cloroformo es un compuesto tóxico que daña el hígado, el corazón y otros órganos, por lo que debe detectarse inmediatamente.