En virtud de la Directiva 2009/28/CE sobre energía renovable, los Estados miembros de la UE están obligados a aumentar la cuota de energías renovables en el consumo total de energía hasta una media del 20 % para 2020. Esto influye directamente en el desarrollo de los motores de combustión.
La dilución del aceite de motor con combustibles que contengan etanol, como el Super E10, o con combustibles diésel con biodiésel puede cambiar significativamente las propiedades de deslizamiento y, por tanto, dañar el motor. Dado que el etanol tiene una entalpía de vaporización más alta y una presión de vapor más baja, los combustibles con mayor contenido de etanol tienden a producir mezclas desfavorables durante el arranque en frío y la fase de calentamiento del motor en comparación con la gasolina convencional. Esto aumenta la probabilidad de que entre gasolina en el aceite en estas condiciones del motor. En el caso de los motores diésel, las condiciones posteriores a la inyección que desencadenan la regeneración del DPF (filtro de partículas diésel) son de gran interés. Aunque las propiedades químicas y físicas de los componentes biodiésel y diésel son similares, los combustibles biodiésel tienden a diluir más el aceite del motor durante la regeneración del DPF.
Otros aspectos del desarrollo actual de los motores de combustión, como el uso de nuevos métodos de combustión y el calentamiento por catalizador, también facilitan la dilución del aceite, incluso cuando se utiliza gasolina normal. Para encontrar estrategias que contrarresten u optimicen la dilución de los aceites de motor, hay que comprender en profundidad los mecanismos de entrada y salida de los combustibles en el aceite de motor. Por lo tanto, existe la necesidad de un equipo de medición que determine la proporción de combustible en el aceite del motor y, preferiblemente, proporcione resultados en tiempo real.